Un homenaje al encanto sublime y atemporal. La "Dame de l'Île" (traducida como "Dama de la Isla") conserva su opulenta belleza. La fragancia representa la sensación perfecta de interacción armoniosa: sus notas sutiles y sutiles vibran en absoluta armonía. Una encantadora dama domina la escena con la belleza de un grácil ángel, representando la sinceridad, la nobleza y la sensualidad poética. A medida que se desarrolla esta fragancia, se nos aparece la figura legendaria de Elizabeth Wethered Barringer, retratada por el pintor español Federico de Madrazo en el siglo XIX: su mirada amable, su belleza encantadora y radiante, el gesto delicado con el que sostiene el mantón de raso rosa, el escote impecable que presenta con orgullo y adornado con finos volantes de encaje. Formada por contrastes aromáticos, esta fragancia muestra un final radiante y vivo en las notas cítricas. La bergamota y la lima anuncian el corazón llameante de flores sensuales y maduras. La rosa y el jazmín ahondan en el profundo calor de las notas de ámbar, evocando una atmósfera oriental opulenta y embriagadora. Un exceso de promesa sigue al carácter eterno y seductor de la vainilla y el almizcle.